domingo, 1 de junio de 2014

23 JUNIO 1900

DISCURSO DEL SR. CANALEJAS EN LOS JUEGOS FLORALES CELEBRADOS EN EL PALACIO DE CARLOS V EL 22 DE JUNIO DE 1900 EN LAS FIESTAS DEL CORPUS.

Fue proclamada Reina la Srta. Clara López Nuño y el poeta premiado con el primer galardón de los Juegos Florales lo fue el granadino D. Miguel Gutiérrez Jiménez. El Sr. Gutiérrez se acercó a la Reina de la Fiesta, y la Srta. López Nuño cortó una preciosa orquídea del tallo en que se erguía y la entregó al poeta. Este, galante con su graciosa majestad, se la devolvió entendiendo que estaba mejor sobre su pecho que entre sus propias manos.

EL SR. CANALEJAS

D. JOSÉ CANALEJAS


Al levantarse a hablar el Sr. Canalejas resonaron en el Palacio grandes salvas de aplausos.

-         “Quien fuera, señora - dice dirigiéndose a la Reina de la Fiesta- bardo legendario u orador elocuente para poder cantar vuestro reinado, ese reinado que empieza entre aplausos y entre flores, y que una vez que se concluya, cuando después de breve rato hayáis descendido de este trono, no se habrá extinguido todavía vuestra dominación, que concluida aquí seguirá sobre los corazones de los que somos ahora vuestros súbditos. No os conocía, pero sabía que erais gentil y hermosa, pues para serlo os basta ser granadina. A esta fiesta de los Juegos Florales, os acompaña el cariño y el entusiasmo de todos, que todos tenemos a nuestra Reina de la Fiesta; quien desea, quien la posee; quien la llora. Yo también bajo mármoles que al tocarlos enfría mis manos y flores que riego con mis lágrimas, tengo mi Reina de la Fiesta (grandes y prolongados aplausos). Perdonad que no venga a este acto a contar la luz del edén granadino, el cielo de Granada siempre hermoso, las hijas encantadoras de vuestra tierra, los grandes hechos históricos, ni los recuerdos de vuestras leyendas, porque yo soy aquí un desterrado, soy un hombre político que gobernó cuando todavía no había llegado para España la hora apocalíptica de sus desventuras, la contemplé entonces próspera y feliz, y al verla hoy, víctima de todos los infortunios no puedo por menos de sentir frío en el alma y amarguras infinitas en mi corazón (Aplausos)

    Siempre he conservado vivo el recuerdo de Granada; allá en los ingratos maniguales de Cuba, cuandocompartía con los bravos soldados españoles, ya que ni las penalidades ni riesgos físicos, la fatiga espiritual de la tristeza, al ver como las fatalidades históricas, hacían temer por los destinos de nuestra Patria, yo me acordaba del nombre de Granada al pensar en ella, pensaba que si de aquí no zarparon las naves de Colón, aquí despertaron los alientos de aquella reina excelsa por los cuales conquistamos un mundo, de donde, si ha desaparecido nuestra dominación material, hoy domina en él, más que nunca, la grande alma española que vive en América con su religión, con sus exaltaciones grandiosas de su poesía, con el idioma armonioso y grande, con la belleza incomparable de las mujeres (Grandes aplausos)
       
       Así recordaba yo a Granada en Cuba siendo quizá el último hombre político español que saludó en aquellas ingratas tierras, la grandiosa bandera de la Patria; que yo creo que como el inspirado poeta que aquí la ha cantado, que es nuestra madre que siendo Santa se la venera y siendo culpable se la defiende, patria que al pensar en ella me hacía volver  los ojos a Granada, porque recordaba que en esta ciudad echaron sus más firmes fundamentos; patria cuyos infortunios y desventuras pueden ser envidiadas por Dios pero que pueden ser también originados por ingratitudes y falsías de los hombres que requieren para rechazarlos, como decía el poeta a que me refiero, la maldición en los labios y la espada en el puño de todo buen patriota (Aplausos)

         En Granada pensaba yo también cuando a raíz de los últimos meses de este periodo histórico surgía aquel ansia de regeneración nacional; porque al pensar en Granada recordaba aquella hermosa armonía entre el trono y el pueblo que hizo grande al pueblo y que la hizo pasar desde nación informe a nación orgánica, porque toda idea noble, toda idea grande y patriótica se puede expresar saludando a Granada y recordando su intervención en la historia de nuestra patria. No pienso continuar diciendo, en el amor, porque uno que tenía está muerto; no puedo pensar en el arte porque me falta la inspiración del artista; tengo que pensar solamente como hombre que vive en la vida pública, en la labor de sacrificio esforzado que se impone a todos como único medio de conseguir la reconstitución de la patria. Tengo, pues, que hablar como hombre político, expresando lo que pienso y como lo pienso.

        ¿Puede creerse que estas fiestas literarias, que estas justas poéticas representan al contrario a esos grandes intereses? ¿Son, quizás, vanas frivolidades que a nada práctico pueden conducir a pesar de que en ellas se abren amplios palenques a la inteligencia y se rinde culto a la mujer y su hermosura aquí tan gallardamente personificada en la reina y su corte de amor? No, ciertamente. El arte tiene una gran misión que cumplir. Los antiguos bardos tejieron con sus canciones y sus rapsodias(*) la historia de los pueblos. La espada y la lira son hermanas que caminan estrechamente unidas allanando a los pueblos el camino de la historia, porque las naciones no viven sólo de la fuerza y no pueden vivir del ideal. Este ideal no puede dárselo a España actualmente sus homeros políticos pues por desgracia del principio fundamental de nuestra constitución política que es la soberanía de la Nación se ha hecho un sistema de farsas y de mentiras; y ese ideal que hoy día no nos pueden dar los hombre públicos han de tejerlo para España los poetas y los artistas. Así en esta fiesta solemne el poeta laureado con la flor natural ha cantado la luz que si es principio de vida en el mundo físico, si es la esencia del arte, es en la política la verdad y la honradez. Así el poeta viene a expresar las verdaderas necesidades y los verdaderos anhelos de la patria; así el poeta precederá al político en esta lucha por el ideal cuya falta hace que agonice la patria, y así ahora como siempre los artistas y los poetas serán los grandes precursores. (Grandes aplausos)

        Puede quizá equivocarse el artista, puede equivocarse el poeta en sus exaltaciones pero aun equivocándose sus cantos y sus obras nos darán alientos y fe para la conquista dl ideal.

Recuerda luego el Sr. Canalejas al insigne poeta Zorrilla coronado en el Palacio de Carlos V en majestuosa solemnidad literaria, habiendo tenido aquel insigne poeta la inmensa dicha de no haber presenciado nuestros cruentos infortunios. Añade que el arte orienta siempre a la política.

    - El poeta canta el amor a la patria, los grandes principios morales y por ellos estas fiestas, en que se rinde culto a las tradiciones literarias granadinas y no sólo deben ser apreciadas como un incomparable recreo del espíritu sino como pasos importantísimos en la reconstitución moral de la patria. Los hombres políticos; a pesar de que la opinión le es contraria en los momentos actuales, están obligados a remar siempre adelante sin que se les haga retroceder las censuras; pero el artista y el poeta necesitan que se les aliente y en forma de aplausos es necesario darles el estímulo preciso para que nos abran el ideal.

   Yo, señores, llego tarde a éstas solemnidades de Granada; yo soy un hombre de tristezas que ha venido aquí pensando en las tristezas nacionales, tristezas que deben ser el punto de contacto de todos nosotros, y en la que es preciso interesar más que a nadie a la mujer, nuestra compañera y la maestra de nuestra alma; yo concluyo comparando lo que ocurre a nuestra Nación con lo sucedido recientemente en la naturaleza por virtud de un fenómeno meteorológico ahora estudiado y comentado por los sabios. Hubo un instante de reposo, la luz parecía ahuyentada, hubo un momento en que suspendida toda la vida natural sentimos melancólicas angustias, más lució nuevamente el sol, alegraron sus esplendores la naturaleza adormecida y concluyeron las pasajeras tristezas producidas por un momentáneo eclipse. Así en España si eclipsado el sol de nuestras pasadas glorias, perdida la leyenda de oro que nos hacía soñar con una patria siempre grande y gloriosa, no hay que dar abrigo a la desconfianza, no hay que desesperar en el porvenir porque si no conseguimos para lo futuro grandezas militares con heroicas empresas, lograremos que luzca el sol del trabajo al amparo de la libertad salvadora; se desvanecerá la leyenda a que acabo de aludir; pero habremos emprendido con paso firme el gran camino de la regeneración del mañana (Grandes y prolongadas salvas de aplausos)

(*)Nota actual: La rapsodia era, en la Antigua Grecia, el fragmento de un poema épico que un “rapsoda” recitaba, cantaba o declamaba de manera independiente del resto de la obra. Por ejemplo la declamación de uno o más cantos (o pasajes sueltos) de los poemas de Homero, la Ilíada y la Odisea, podían considerarse como rapsodias. “Rapsodia” significa por tanto, literalmente, “canción ensamblada” o también “partes ensambladas de una canción”.

EL DESFILE

Aún resonaban los aplausos tributados al Sr. Canalejas, cuando en la misma forma que subieron al trono descendieron de él y volvieron a atravesar el patio a los acordes de una marcha ejecutada por la banda militar, la Reina de la Fiesta y su corte, el mantenedor, el Liceo, los poetas, el Ayuntamiento y las demás autoridades y comisiones. El desfile de la concurrencia fue brillantísimo y animado. Honor al Liceo y a los organizadores de esta fiesta culta que ha sido lo mejor de nuestros festejos del Corpus.

LOS MOROS ARGELINOS

Mañana día 24 de Junio de 1900 se verificará por última vez en el Hipódromo de los Llanos de Armilla la fiesta de correr la pólvora, por los moros argelinos. A ella ha sido invitado el Excmo. Sr. José Canalejas, en honor de quien se celebra. Constará el espectáculo de tres números:

El Grum, la Batalla de los Yaffras y los Viek Zelnnan y tres carreras para caballos y jinetes árabes, adjudicándose un premio al que resulte vencedor.

Se admitirán apuestas mutuas y el espectáculo empezará a las 4 y media de la tarde. Hay gran animación en el público habiéndose ya vendido muchas localidades en el despacho situado en el estanco del Zacatín.

IMAGEN DE UNA POSTAL ANTIGUA CON UNA PATRULLA DE 

MOROS CORRIENDO LA PÓLVORA



NOTA ACTUAL: Estos “moros argelinos” estuvieron el 22 de Junio visitando el Albaicín en una excursión que galantemente fue organizada por Afán de Ribera a quienes posteriormente invitó a merendar café y galletas en su casa (publicado en el “Defensor de Granada” 23 Junio de 1900)

UN BANQUETE

Esta noche a las 8 se verificará en los salones del Liceo el banquete con que la culta sociedad obsequia al elocuente mantenedor de los Juegos Florales.

OTRO BANQUETE

Terminada la solemnidad del Palacio de Carlos V, algunos  amigos particulares del Sr. Canalejas obsequiaron a éste con un banquete que se verificó en los poéticos jardines del Hotel Siete Suelos. Fue una comida espléndida en la que no faltó un detalle. La mesa adornada con guirnaldas de olorosos claveles, y fue servida con el buen gusto que sabe desplegar Emilio Ortiz cuando quiere lucirse.

NOTA ACTUAL: El presidente del Consejo de Ministros y líder del Partido Liberal José Canalejas fue víctima de un atentado en la mañana del 12 de Noviembre de 1912 mientras miraba los libros expuestos en el escaparate de la Librería San Martín, en pleno centro de Madrid, cerca de la Puerta del Sol. El agresor, Manuel Pardiñas, que no figuraba en el registro policial de los anarquista fichados, le disparó tres tiros por la espalda. Instantes después fue reducido por un policía a golpes de porra y al sentirse acorralado se suicidó disparándose dos disparos con la misma pistola del atentado. Canalejas, entonces Presidente del Gobierno, murió antes de llegar a la sede del Ministerio de Gobernación donde fue trasladado. 

Francisco Franco publicó bajo el seudónimlo de “Jakim Boor” el libro “Masonería” donde acusó a la propia masonería de haber asesinado a José Canalejas, siendo él mismo masón, para vengarse de su rebelión.


De esta forma trágica terminó el segundo intento de “regeneración desde dentro” del régimen político de la Restauración durante el reinado de Alfonso XVIII.

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